EL RESCATE DE MAGNUS

Telmis se movía de sombra en sombra abatiendo a todos los enemigos que se le ponían al paso. Eran muchos y le habian conseguido alcanzar varias veces en el torso y en la espalda, pero no había ninguna herida de gravedad. Entonces algo le llamó la atención. Un coloso al que la elfa acababa de derribar se estaba volviendo a levantar. No se lo pensó dos veces y marchó hacia él.

La elfa dio un salto hacia atras y se alejó unos pasos del coloso. Vio como Telmis iba en su ayuda y se dispuso a atacar de nuevo al monstruo. Este ya se había levantado e hizo una torpe barrida que la elfa esquivó con facilidad. Los elfos se compenetraban bastante bien, dadas sus grandes dotes para el combate. Mientras uno hacia amague de atacar el otro aprovechaba para abrir un tajo en las carnes de la bestia. No tardaron en acabar con el, pero justo cuando pensaban que habían terminado el cuerpo del monstruo explotó y los pringó de un líquido viscoso, al cual no dieron importancia ya que se les venía una horda de zombies.

Ragnar disparaba a diestro y siniestro a la vez que protegía al herido enano, el cual defendía al humano para que este pudiera lanzar sus flechas con más tranquilidad. Alrededor de estos dos aventureros se amontonaban una gran cantidad de cadáveres pero, a pesar de eso, seguían llegando más y más muertos vivientes. Ragnar vió algo por el rabillo del ojo y descubrió una figura oscura que emanaba una energía tan oscura que hasta él mismo podía sentir. Un escalofrío le recorrió la espalda.

Alain y Will se encontraban junto a Magnus y la sacerdotisa, más para proteger a la bella mujer que ha Magnus, el cual ya se bastaba el solo para derribar de tres en tres a sus enemigos. Grandes rayos salían despedidos de sus manos y destrozaban a los zombies esparciendo sus restos por el bosque. La sacerdotisa no creía lo que sus ojos veían, pues parecía que Magnus se estaba dejando llevar por el oscuro poder que imbuía a aquella reliquia devastadora. Un fuerte viento hizo que los tres se giraran para ver al ser que había provocado todo aquello. Un nigromante. Con una sonrisa fantasmal dibujada en el rostro alzó su báculo hacia el cielo y, pronunciando unas palabras, el báculo empezó a emitir una luz oscura que brillaba con fuerza en su parte más elevada. Magnus dio un paso al frente, dejando claro que aquel ser era para el y solo para el.
Un choque de rayos dio comienzo al gran duelo.

Deliath iba en brazos de Ragnar cuando abrió los ojos.

-Perdón... Ya puedo yo sola. -le dijo. Encogiéndose de hombros, él la dejó en el suelo.

Deliath echó un vistazo alrededor, dándose cuenta de que la compañía había aumentado. Al estar dormida se había perdido las presentaciones, pero recordaba haber visto a algunas de las figuras que caminaban con ella en la lucha contra los no muertos... ¡Un momento! Aquel ser de aspecto extraño, el matador, parecía tener una herida muy fea.

Atendiendo a sus instintos de curandera por encima de todo, se acercó corriendo a él. ¿Cómo podía haber llegado hasta aquí, haber seguido el ritmo, estando así de herido? Sin mediar una palabra entre ellos, le puso las manos encima y comenzó a anestesiarle y curarle.

-Como te desmayes otra vez no pienso llevarte -gruñó Ragnar.
Deliath no le hizo caso, y se acercó también al resto, intentando ocuparse de ellos. Cuando curaba los arañazos de Liriel, la luz blanca de sus manos comenzó a temblar, hasta que se extinguió. Las piernas de la sacerdotisa se doblaron, aunque Ragnar la recogió antes de que tocase el suelo.

-Se exige demasiado -le reprochó. A los labios de algunos asomó una sonrisa.

Cuando se despertó de nuevo, ya habían cruzado las puertas de Altdorf. El sol lucía en el cielo, y la ciudad estaba llena de vida. El grupo caminaba mostrando dignidad, e incluso algunos de los guardias habían insistido en acompañarlos hasta el enorme castillo del emperador, por lo que las gentes les dejaban paso y se quedaban mirándoles por un rato.

-¿Es que no tienen nada mejor que hacer? -gruñó Will.

El castillo estaba bien protegido, aunque no tuvieron ningún problema para entrar en él. Deliath pensó con un escalofrío lo difícil que sería escapar de dentro sin permiso... Una muerte casi segura.

-Os esperábamos.- un noble humano, ricamente vestido, les habló. Sus ojos les recorrían a todos con curiosidad. Magnus le hizo un gesto de saludo.

-Traemos algo importante, lord Storvich. Por favor, conducidnos hasta el Emperador. A él y sólo a él es a quien debo ver.

-¿Sería en vano, entonces, preguntaros más?

-Sólo al emperador concierne mi mensaje.- dijo Arnath, esta vez con un tono de voz peligroso. Deliath se estremeció. Parecía que algo del maligno Dhar que había atormentado el alma pura de su amigo le había dejado huella. El humano le dio un tono calmado a sus palabras, aunque apartó la mirada de ellos.

-Seguidme.

Telmis, Liriel, Deliath, Barak y Will salieron fuera de la taberna para intentar detener a Alain, pero éste, más rápido que los cinco se perdió en la oscuridad de las calles.
-Iré a buscarlo- dijo Telmis mientras corría en la misma dirección en la que había Alain.
-Te acompaño- Liriel salió detrás de él.

Magnus se acercó al grupo y, con el hombre agarrado a la perfección, se metieron en un callejón para sacarle toda la información posible.

Zash!! Un puñetazo del enano lo tiró al suelo y le rompió varios dientes.
- ¡¿De quién vienes?! Zash! - el enano le dio otro puñetazo y el hombre cayó inconsciente.
- Eres demasiado bruto, tendrías que aprender a controlarte. - Magnus le lanzó una mirada decepcionada.
- Lo siento, no lo hago apropósito.
Cogieron al hombre y se lo llevaron a un sitio alejado.

Brisas que al soplar exhalan muerte... vientos k no se perciben... almas atormentadas por oscuros dioses del pasado y martirizadas por sus horribles vástagos... en ocasiones hay recuerdos que nada tienen k ver con la realidad y sueños k forman parte de ella... la memoria de los antiguos ancestros hace tiempo k fue cerrada y nada pueden hacer los hijos de estos si no evocar su suntuoso pasado... esos tiempos no volverán... la vida consume a todos las criaturas por igual ante la inmisericorde mirada de akellos k alguna vez se dignaron a otorgar vida a un olvidado proyecto en algún lugar del universo...

>>>>En honor a lo k un lejano día fuimos y hoy no somos...<<<<<

¨Las espadas de los esbeltos guerreros chocaban contra las monstruosas extemidades de unas deformes criaturas que parecían salir del mismo infierno, las arcanas voces de los magos elfos se alzaban por encima del fragor de la batalla mientras formulaban poderosos hechizos largo tiempo olvidados... Disformidad... Caos... El Vórtice...¨

Rápidas imagenes cruzaban a toda velocidad la mente del matador.... se había quedado dormido sobre una empapada mesa de cerveza, tras una cogorza de condiciones épicas... y ahora algo extraño pasaba... Barak sentía un aplastante calor en el pecho k iba aumentando poco a poco... debía de ser akel maldito collar arrebatado al orco... no podía moverse...

¨Los cánticos aumentaban su intensidad a medida k iban llegando al punto álgido del hechizo... faltaba poco... un valeroso héroe elfo se encontraba enzarzado en épica batalla contra 4 monstruosos demonios salidos del Inmaterium... un aureola de sagrada luz guiaba sus movimientos mientras él empuñaba el Arma del Dios... promesas nunca reveladas a los mortales brillaban ahora en el puño del valeroso guerrero. Pero sus camaradas pálidos apenas podían contener a las vociferantes hordas negras k salian en torrente del portal... un grupo de beligerantes demonios logró traspasar la barrera de guerreros élficos y llegar hasta el círculos de magos... akello sería el fin... Algo cambio en el ambiente y hasta los demonios cercanos volvieron la mirada mientras olfateaban nerviosos el aire... una solitaria figura avanzaba desde el sendero desertico del sur asta la concurrida zona del cónclave...¨

Barak observaba las escenas como si estuviese atrapado en un portal en el tiempo y abrío los ojos con stupor al reconocer la figura k se acercaba con paso lento...

¨El Dios Ancestro levantó su poderoso arma por encima de una ominosa cresta de color blanco... truenos y relámpagos confluian en su divino filo... el héroe elfo levantó la mirada dirigiendo sus orgullosos ojos al individuo k despreocupadamente se acercaba... x un momento un sbozo de sonrisa parecio aparecer en sus labios, sabedor de algun secreto k solo el conocía...
El Belicoso Ancestro continuaba avanzando por las áridas estepas en dirección a la rugiente horda k dividia el contingente elfo pos la mitad... Desaparecio... Staba entonces delante del oscuro demonio k había logrado penetrar la defensa... un solo golpe bstó para devolverlo al espacio disforme del k provenía... plantandose en medio del aluvión de demonios el Ancestro detuvo por completo la columna de cerca de un millar de demonios k se acercaba... Los magos observaban asombrados el grotesco panorama sin tener conocimiento de k seria akella rechoncha figura... Un estallido puso fin al conjuro y la tierra se deskebrajó bajo los pies del cónclave, precipitando a los magos a un oscuro vacio abisal... un momento delicado se acercaba... si el elfo perdia la batalla contra los 4 titanes el sacrificio no habria servido de nada... el destino estaba sellado... el poderoso Ancestro tras dirigir una preocupada mirada al Semi-Dios elfico comenzo a avanzar de manera despreocupada al oscuro portal turbulento abierto por los elfos... en ese momento otro titanico demonio similar a los otros cuatro empezo a salir del Vortice... tras esbozar una sonrisa siniestra el Ancestro cargó contra la todopoderosa criatura alzando su legendaria arma por encima de su magestuosa cresta... con un rugido atronador el demonio se desintegro y el Ancestro cayo en el oscuro y abismal portal, sellando asi el Vortice.... algo parecido a una estrella fugaz salio del oscuro pozo y desaparecio en el argenteo horizonte... en ese mismo momento el elfo consumaba su sacrifio derrotando al ultimos de los demonios k kedaban en pie... la venganza habia sido consumada... acto seguido los contornos de su figura comenzaron a difuminarse... todo se volvio blanco...¨

Barak se sintio caer en una oscura negrura k ya conocia... al fin las cosas estan como debieran... su sagrado proposito habia sido consumado...

No, había una cosa k no staba solucionada aún... en la memoria de los miembros del grupo kedara como si ubiese merto de la borrachera... ¨estupidos, si fuesen un poco mas inteligentes se darian cuenta de k eso es biologicamente imposible...¨, es igual, al fin y al cabo el Ancestro ya estaba acostumbrado a k akellos a los k salvaba no tuvieran consciencia de su sacrificio... esbozando una benevola sonrisa el brillo de sus ojos se apagó, terminando así las accción emprendida hace unos cuantos milenios...

Todos vieron el cuerpo del enano en la mesa, y, cuando Alain se acercó a el, pudo observar que no respiraba.
-Vaya suerte la mia. Acabo de presenciar dos muertes en un solo dia, ¿qué más me puede pasar?
En ese instante, algo hizo que la tierra temblase bajo sus pies. Telmis miró a cada uno de sus compañeros y salió fuera. Todos le siguieron.
Al llegar a la calle vieron la ciudad destrozada y en llamas ¿Como podia haber pasado aquello? la sacerdotisa miró a la taberna y también estaba en llamas. Entonces, una gran luz negra iluminó toda la ciudad, y, dirigiendo la mirada hacia el cielo, consiguieron ver una gran bola de energía oscura, una tan grande como todo Altdorf.
-Esto es el final chicos- dijo Liriel- jamás pensé que moriría así.
-Yo tampoco, siempre creí que moriría en batalla-dijo Telmis.
-Bueno, yo he cumplido mi trabajo- una sombra salio de la taberna- si, soy yo, Will- dicho esto comenzó a reir y, alzando las manos al cielo, hizo que la bola chocara contra la ciudad. Todo estalló y lo único que quedó fue un enorme agujero en donde hacia unos segundos estaba la ciudad.
No había rastro de los aventureros y, Will, no habia sido mas que una mera ilusión de Zakarias...

-Estamos vivos...claro, ¿como pudimos pensar que el hechicero no conseguiría esto?-dijo Liriel mientras se levantaba sacudiendose el polvo de los ropajes- ¿He escuchado "venganza"?- Una malvada sonrisa que nunca habian visto antes los compañeros se dibujo en su rostro, realmente se estremencieron-Divirtámonos...

Deliath abrió los ojos y se encontró llena de la tierra del suelo, pero de pie. Recordaba los últimos instantes, justo antes de...

Pegó un ahogado grito, asustada. ¡Había muerto! ¿Y volvía a caminar? La idea de haberse convertido en un cuerpo sin vida que se movía, en un zombi, le produjo tanto asco que pensó en arrebatarse la vida de nuevo. Pero si era un zombi, ¿por qué podía pensar? Miró sus brazos, torso y piernas en busca de las terribles heridas que le habían causado la muerte, pero no las halló. En vez de eso, su piel relucía bajo su túnica, llena de sangre.

La voz del ser que había sido su amigo la aterrorizó, y también lo hizo el comentario de Liriel. ¿Cómo había acabado todo en esta espiral de odio, violencia y miedo? No importaba. Dentro de su corazón, Deliath comprendió que había dejado muchas cosas sin hacer, y se dio cuenta de que si su diosa había permitido algo tan horrible como una resurrección, no había sido para que se quedara llorando a los muertos.

Con la mirada decidida, llena de una nueva fuerza, y jurándose a sí misma que no volvería a fallar, dijo simplemente:

"Yo sigo".